terça-feira, 24 de maio de 2016

EL COMANDO SUR DE EEUU, AL RESCATE DE LA OPOSICIÓN VENEZOLANA



18 maio 2016, Sputnik http://mundo.sputniknews.com (Rússia)             

VENEZUELA, EL PAÍS QUE SE ENCUENTRA EN UNA ENCRUCIJADA


"Ver lo que está delante de nuestros ojos requiere un
esfuerzo constante". (George Orwell, 1903-1950)


Desde que la oposición venezolana, representada por la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), obtuvo el control de la Asamblea Nacional y sacó los retratos de Simón Bolívar y Hugo Chávez del recinto como su primer paso legislativo, los iluminados norteamericanos creían en un inminente derrumbe del chavismo. Confiaron en las promesas del líder de la MUD y el presidente de la Asamblea Nacional, Ramos Allup, quien aseguró la inminente desintegración del chavismo y la caída del presidente Nicolás Maduro, pero la cosa no era tan fácil.

La realidad resultó algo diferente a lo planeado en Washington como la última gestión exitosa en América Latina del presidente saliente de Norteamérica, Barack Obama. Pasaron cuatro meses y los opositores venezolanos tuvieron que pedir ayuda a Washington para que les diera la mano y poder tumbar a Nicolás Maduro. En todo este tiempo, ni siquiera los oligarcas venezolanos lograron una cohesión interna para crear una estrategia común y elaborar un plan coherente para obtener el poder absoluto en Venezuela. La Casa Blanca se sintió decepcionada con sus aliados incondicionales venezolanos y tuvo que designar a uno de sus 17 servicios de inteligencia para entregarles un plan bajo el nombre "Venezuela Freedom-2". El documento de marras lo elaboró el Servicio de Inteligencia Militar (DIA) y lo presentó oficialmente el Comando Sur (USSOUTHCOM) bajo el título
"Venezuela Freedom 2 — Operation". El escrito está firmado por su actual jefe, el almirante Kurt Tidd.

Los especialistas de la inteligencia norteamericana consideraron factible la posibilidad de usar una de las tres variantes o la combinación de varias para poner fin al chavismo en el Gobierno. La primera consistía en hacer un referéndum revocatorio contra el presidente Nicolás Maduro. La segunda se centraba en crear condiciones para la ruptura interna del Ejecutivo actual, lo que obligaría a Maduro a renunciar a su cargo. Y, finalmente, la tercera variante se centraba en un golpe de Estado promovido por los militares de bajo rango.

De acuerdo con el informe que el predecesor del almirante Tidd en la jefatura del USSOUTHCOM —el general John Kelly— presentó ante el Comité Senatorial de los Servicios Armados en marzo pasado, la primera fase de la "Operación Venezuela Freedom 1" fue un éxito. El objetivo consistió en la "derrota en las elecciones (diciembre 2015) y la descomposición del régimen populista y anti-norteamericano mediante el impacto exitoso de nuestras políticas impulsadas con fuerzas aliadas de la región en la fase 1 de la operación", según admitió el propio Kelly.

Es decir, las autoridades norteamericanas reconocen "la crisis humanitaria" y los intentos de "aislamiento internacional" del régimen chavista después de que Barack Obama firmara un decreto ejecutivo calificando a Venezuela como "una amenaza extraordinaria e inusual a la seguridad nacional de EEUU" y lo renovaron en febrero de 2016. Ellos causaron la "descalificación del sistema democrático" venezolano, la guerra mediática, psicológica, económica, política y financiera contra el Gobierno de Maduro, todo esto fue una siniestra obra de Washington con la colaboración de la oposición venezolana interesada en el retorno al pasado colonial de su país.

En el transcurso de la historia moderna, Venezuela siempre ha sido una joya energética gracias a sus recursos naturales, apetecible y anhelada por los Estados Unidos. Y, cómo no, el país posee la reserva petrolera más grande del mundo, cercana a los 600.000 millones de barriles de oro negro. También su reserva gasífera de 196,6 billones de pies cúbicos es la octava en el mundo y la primera en Sudamérica y el Caribe. Y la cosa no termina allí, para la Reserva Federal norteamericana, que tiene problemas con sus reservas de oro, el reciente descubrimiento de 4.300 toneladas de oro en el "Arco Minero de Orinoco" en Venezuela y las otras 2.700 toneladas en proceso de confirmación representan una presa extremadamente ambicionada, por la que valdría la pena utilizar todos los métodos ilegales y hacer todos los "sacrificios" para poseerla.

Para complicar la tragedia de Venezuela, hace unos dos meses fue descubierta en el territorio nacional la mayor reserva en el planeta del mineral coltán, conocido como ‘oro azul' y el ‘mineral de la muerte', porque la lucha por la posesión del coltán en el Congo arrojó el saldo de cuatro millones de muertos durante la "Guerra del Coltán" (1998-2003). De este mineral se extrae tántalo, que se usa, debido a su gran resistencia, en las estaciones espaciales para el uso extraterrestre y también para crear condensadores en equipos electrónicos.

La presencia de todas estas riquezas ha convertido a Venezuela en el blanco de guerras mediáticas, guerras económicas, guerras híbridas, guerras de cuarta generación orquestadas por los iluminados de Washington al servicio del capital transnacional. Las 12 recomendaciones de la fase 2 de la "Operación Venezuela Freedom", enfocadas en "cercar" y "asfixiar" a la República Bolivariana, están persiguiendo los fines de hacer retornar al país a su lugar de antaño en el "patio trasero" norteamericano. Para eso, el Comando Sur aconseja a sus aliados de la MUD en su primera recomendación "combinar acciones callejeras y el empleo de la violencia armada", utilizando la cobertura del referéndum. Estas acciones tienen que ser combinadas, según la segunda recomendación, con la tarea de la Asamblea Nacional de "obstruir la gobernanza: convocar eventos y movilizaciones, interpelar a los gobernantes, negar créditos, derogar leyes".

En las siguientes dos recomendaciones, la tercera y la cuarta se aconseja a la MUD lanzar la idea del gobierno de transición y utilizar "sectores empresariales, jerarquía eclesiástica, sindicatos, ONGs, universidades" para "asfixiar y paralizar" hacia "julio, agosto de 2016" el Gobierno de Maduro. La quinta, sexta y séptima recomendaciones están orientadas hacia la intensificación de la guerra mediática "fomentando un clima de desconfianza, incitando temores, haciendo ingobernable la situación", acusando el Gobierno por la "crisis humanitaria" que están sufriendo los venezolanos debido a la escasez de alimentos, de electricidad y el agua".

Lo que tienen que analizar cuidadosamente no solamente las autoridades bolivarianas, sino las de Ecuador, Bolivia, China y Rusia, donde las Organizaciones No Gubernamentales (ONG) tienen fuertes raíces, es la octava recomendación, que aconseja el establecimiento de una estrecha "coordinación entre los Organismos de la Comunidad de Inteligencia y otras agencias como las Organizaciones No Gubernamentales y diversas corporaciones privadas de comunicación como la SIP y diversos medios privados". Ya es de conocimiento público que las ONG y los Servicios de Inteligencia se nutren unos de otros cumpliendo la misma misión de mantener el planeta bajo la tutela norteamericana. Para burlar el control de las autoridades rusas y chinas sobre las ONG, para impedir las revoluciones a colores y desestabilización del gobierno, el profesor norteamericano Ethal Zuckerman ha propuesto el uso de "The Cute Cat Theory" ("Teoría del Gato Lindo") — formación de las ONG para la protección de los niños, animales, medio ambiente para disfrazar su verdadero propósito.

Las tres siguientes recomendaciones están orientadas en crear condiciones para romper el chavismo desde dentro y, en especial, prestar la atención a las milicias que están formadas por los ciudadanos combatientes que van a ser obstáculos para las movilizaciones violentas de la calle. Y no es para menos, pues, durante su presidencia, Hugo Chávez había creado estas milicias civiles que recibieron un buen entrenamiento militar y fueron armadas con 100.000 metralletas Kalashnikov obtenidas en Rusia. Por eso, no es de extrañar que en la última recomendación, la número 12, el Pentágono descarte la intervención militar norteamericana en Venezuela y solamente hable de la presión psicológica al intensificar entrenamientos y operacionales aprestos en sus siete bases en Colombia y también en Honduras, Aruba y Curazao.

Sin embargo, del dicho al hecho hay mucho trecho. Recomendar es fácil, pero poner en marcha el plan, inclusive en las condiciones de la crisis que está atravesando Venezuela, es bastante difícil. Poner en marcha el referéndum revocatorio siguiendo la Constitución tomará el plazo de 243 días, lo que implica que el referendo usado como juicio político a Maduro tendría que llevarse a cabo en 2017. Realizarlo antes es violar los reglamentos de la Constitución, lo que es anti-democrático. Además, según Jorge Rodríguez, que es el dirigente del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), la MUD tiene problemas con las firmas que recogieron. Primero anunciaron tres millones de firmas, después 2.650.000 y finalmente entregaron 1.800.000. "Ni la derecha ni Capriles Radonski quieren un referendo revocatorio, desean ir a un golpe de Estado, quieren calentar las calles como dicen Guevara, Gaby Arellano, Capriles, Ramos Allup a cada rato", agregó Rodríguez, asegurando que "no habrá revocatorio en 2016, ni golpe que vulnere el estado de derecho de la democracia venezolana".


El posible uso por la MUD de los militares venezolanos para el golpe fue rechazado tajantemente por el Comando castrense de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), que emitió un comunicado afirmando que "la FANB manifiesta al pueblo venezolano y a los pueblos del mundo entero su más firme y categórico rechazo a la sistemática campaña de desprestigio y provocaciones orquestada desde el exterior en contra de nuestra amada nación". Tampoco los opositores lograron dividir a la cúpula dirigente chavista. Sin embargo, a pesar de sus fracasos, los delegados de la MUD declararon solemnemente en la reciente reunión del Grupo Concordia, en Miami, que el golpe ya está a la vuelta de la esquina. Por supuesto, sus correligionarios derechistas extranjeros, presididos por José María Aznar (español) y participantes como Jorge Quiroga (Bolivia), Álvaro Uribe, Sebastián Piñera (Chile), Luis Alberto Lacalle (Uruguay), el Secretario General de la OEA, Luis Almagro, quedaron regocijados con la noticia. Inclusive Álvaro Uribe pidió a EEUU desde la Cumbre Concordia que "las fuerzas armadas democráticas sean puestas al servicio de la oposición en Venezuela".

Mientras los participantes aplaudieron a Uribe, Washington se quedó mudo apoyando la afirmación del USSOUTHCOM de que "no asumiremos el costo de una intervención armada en Venezuela", cediendo esta tarea a los opositores venezolanos. Los norteamericanos saben cuándo pueden usar sus fuerzas y cuándo es mejor abstenerse de hacerlo. En el caso de Venezuela no es aconsejable hacerlo porque uniría a todo el pueblo en defensa de su país. Por eso Washington seguiría insistiendo en un golpe "suave", que facilitaría la instalación de un Gobierno "amigo" al estilo de Mauricio Macri en Argentina o un Michel Temer de Brasil, que resultó ser, además de golpista, un informante del departamento de Estado estadounidense. Recién después de instalar un gobierno dócil, EEUU, como lo expresó uno de los más acuciosos estudiosos del Sistema Económico Mundial, Samir Amin, envolverá este país "diciéndole lo que quiere escuchar y quitándole lo que Norteamérica quiere poseer".

Para justificar todo este tipo de acciones injustas, Norteamérica se apoyará en su Destino Manifiesto que le otorga a EEUU "un designio especial del cielo" y que le da el derecho "a entablar las guerras legalmente", "así como someter los países". En el caso de Venezuela, según el vicepresidente bolivariano, Aristóbulo Istúriz, "al presidente Obama le queda poco tiempo y en ese poco tiempo se hizo el propósito de utilizar todos los recursos de la oligarquía, de la fuerza de dinero y de todos los poderes fácticos, para liquidar los gobiernos de los pueblos, entre ellos, el de Venezuela. Aquí han hecho de todo y no han podido y no van a poder".

La última palabra, por supuesto, la tendrá el pueblo. El Gobierno, mientras tanto, debe activar toda su audacia, imaginación e inclusive atreverse a tomar ciertas medidas radicales para sacar el país de la severa crisis económica, inducida por Washington en estrecha colaboración con la oligarquía y las elites nacionales.

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