quarta-feira, 18 de março de 2009

Brasil/LOS SIN TIERRA : EL SUEÑO DE LA TIERRA LIBRE


Los Sin Tierra nacieron bajo el lema: "Ocupar, resistir y producir. La reforma agraria es la lucha de todos" (Foto: Archivo)

Desde sus inicios el Movimiento nunca pudo ser ignorado, pues según la afirmación de la ONU Brasil es la segunda nación del mundo donde la distribución de la tierra es más injusta, y se calcula que hay alrededor de 4.8 millones de familias que necesitan un pedazo de tierra.

Fabiola Correa

17 marzo 2009/TeleSUR http://www.telesurtv.net

El Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST) es un movimiento de campesinos y desclasados surgido en Brasil, con carácter popular, sindical y político que claman por tierras para poder desarrollar la agricultura.
El MST se manifiesta en contra de los proyectos de colonización y reclama una política agrícola destinada al pequeño productor. Exige la democratización del agua en la región nordestina y el cobro del impuesto territorial rural para destinarlo a la reforma agraria.
Los Sin Tierra, como se les conoce, se definen así mismos en su sitio web como "una articulación de campesinos que luchan por la tierra y por la reforma agraria en Brasil. Es un movimiento de masas autónomo, al interior del movimiento sindical, sin vinculaciones político-partidarias o religiosas".
Según el especialista Bernardo Mancano, profesor de la Universidad Estadual Paulista (Unesp), en sus 25 años de historia, el Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST) "ha tenido una importancia clave en el avance de la reforma agraria" en Brasil
Para Ana María Rocchietti, el movimiento "nace en "las luchas concretas" que los trabajadores rurales del Brasil fueron desarrollando en la región del Sur por la conquista de la tierra, y busca la expropiación de los latifundios improductivos (actualmente en posesión de hacendatarios nacionales o de monopolios extranjeros) y exige la definición de un máximo de hectáreas para la propiedad rural."

¿Cuándo y cómo surge este movimiento?
Entre 1979 y 1984 se realizaron decenas de ocupaciones de tierra en todo el país. "Los campesinos sin trabajo, los sin tierra, los asalariados rurales, perdieron el miedo. Y fueron a la lucha. Ya no querían migrar más a la ciudad" afirma Joáo Pedro Stedile representante del MST.
El Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra fue fundado en 1984 con el objetivo de a establecer campamentos agrícolas en las enormes cantidades de tierras que se encontraban en posesión de los grandes terratenientes y hacendado pero que se encontraban inactivas.
En la década de los ochenta, en plena dictadura de Joáo Baptista de Oliveira Figueiredo, y al calor de la lucha que el pueblo estaba llevando a cabo por la democratización del país, surgieron las ocupaciones organizadas, protagonizadas por centenares de familias.
En 1984, en su primer Congreso, se dieron el nombre de Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra o MST.
Los Sin Tierra nacieron bajo el lema: "Ocupar, resistir y producir. La reforma agraria es la lucha de todos" y en sus orígenes, tenía profundas conexiones con el trabajo de las pastorales sociales de la Iglesia Católica (Comisión Pastoral de la Tierra, Pastoral Obrera, CIMI y PPL).
En su sitio web, el movimiento afirma que dentro de sus orígenes se encuentra la labor pastoral de la iglesia, "en particular de la Comisión Pastoral da la Tierra, que ha animado a los campesinos a organizarse".
El movimiento se extendió rápidamente a 22 estados y se constituyó bajo los pilares de una una organización muy sólida, fundada en la democracia de base. La unidad de organización es la cooperativa, la propiedad colectiva de los medios de producción y la distribución igualitaria del producido comunitariamente.
En ocasión de la Asamblea Nacional Constituyente de 1988, la reforma constitucional de Brasil, incluyó en su texto la reforma agraria, comisionando al Ejecutivo para expropiar y entregar tierras improductiva, proceso que los sucesivos gobiernos cumplieron en una medida muy escasa y a través del ejercicio de violencia militar (legal e ilegal).
Pero la más allá de esta reforma, incompleta por demás, la violencia en el campo ha sido una realidad de la reforma agraria brasileña, el proceso de invasiones de haciendas provocó la reacción de los grandes terratenientes quienes se agruparon en la Unión Democrática Rural, y contrataron a "vigilantes privados" armados, convirtiéndose en una especie de fuerza paramilitar, cuyo objetivo es intentar parar la expansión del MST.
Pero la represión institucional también ha formado parte del clima de violencia, como muestra de ello el 17 de abril de 1996, los acampados de El Dorado dos Carajás fueron masacrados por el gobierno de Brasilia. La policía militar disparó con metralletas contra la gente desarmada que bloqueaba una carretera, después de haberles prometido negociar.
Todo lo ocurrido fue grabado por cámaras de televisión que inesperadamente estaban en la escena.
Allí murieron 19 acampantes, quienes son considerados desde entonces como mártires del MST. El hecho concitó el interés y la simpatía de vastos sectores de la sociedad brasileña.
En palabras de Joáo Pedro Stedile "con la victoria del neoliberalismo del gobierno de Fernando Henrique Cardoso, hubo luz verde para que los latifundistas y sus policías provinciales ataquen al movimiento. Y tuvimos en poco tiempo dos masacres: Corumbiara y Carajás. A lo largo de esos años, cientos de trabajadores rurales pagaron con su propia vida, por el sueño de la tierra libre".

Como resultado, alrededor de mil 700 trabajadores rurales han sido asesinados entre 1985 y 2008, según datos de la Comisión Pastoral de la Tierra de la Iglesia católica y hasta el momento sólo ocho personas han sido procesados por los asesinatos.
Pero desde sus inicios el Movimiento nunca pudo ser ignorado, pues según la afirmación de la ONU Brasil es la segunda nación del mundo donde la distribución de la tierra es más injusta, y se calcula que hay alrededor de 4.8 millones de familias que necesitan un pedazo de tierra.
Es por ello que, según Jesús Hernández Garibay, "cientos de miles de familias se han involucrado en tomas de tierras donde a pesar de ser golpeados y masacrados arriesgan su vida porque, si tienen suerte, su posesión ilegal será aceptada eventualmente como un hecho consumado"
Este año se cumple el 25 aniversario de la fundación del Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra, un movimiento único en el mundo , y Joáo Pedro Stedile los define como años de muchas movilizaciones, de múltiples luchas, de "siempre luchar y movilizarnos contra el latifundio", años de un obstinación constante.
"Pagamos caro por esa obstinación (...) A lo largo de esos años, cientos de trabajadores rurales pagaron con su propia vida, por el sueño de la tierra libre".

¿Cuáles son los objetivos del Movimiento?
El MST dice tener tres grandes objetivos: la tierra, la reforma agraria y una sociedad más justa. Para ello desde su fundación organizan a los campesinos, que luchan por la tierra, y de esa manera construyeron un amplio movimiento social de masas.
Pero en su lucha por concientizar a la sociedad y a los sectores ya urbanizados, Los Sin Tierra, buscan hacer entender que la reforma agraria es una lucha de todos, puesto que implica una serie de transformaciones económicas, políticas y sociales que beneficiarán a toda la sociedad brasileña.
La reforma agraria garantiza el trabajo para todos, con la consiguiente distribución de la renta; la producción barata de alimentación barata y de calidad para toda la población brasileña posibilitando su seguridad alimentaria; garantizar el bienestar social, la justicia social, la igualdad de derechos, por eso explican "es una lucha que no sólo interesa a Los Sin Tierra"
Además aclaran que el derecho a la tierra no sólo se trata de ocupar un pedazo de tierra, sino de poder sacar rendimiento de cada una de las conquistas, de crear puestos de trabajo, de desarrollar la productividad de la tierra recuperada trabajándola y poniéndola a producir en beneficio de todos.
En palabras de Joáo Pedro Stedile, "nuestros objetivos eran claros. Organizar un movimiento de masas a nivel nacional, que pueda concienciar a los campesinos para que luchen por tierra, por reforma agraria (implicando cambios más amplios en la agricultura) y por una sociedad más justa e igualitaria".
Pero una sociedad más justa e igualitaria implica también "combatir la pobreza y la desigualdad social. Y la causa principal de esa situación en el campo era la concentración de la propiedad de la tierra, conocida como latifundio".
"No teníamos la menor idea de si eso era posible. Ni cuanto tiempo llevaríamos en busca de nuestros objetivos".
Según afirma Ana María Rocchietti, "para los miembros del MST la experiencia de ocupar latifundio significa la diferencia entre la vida y la muerte (ésta definida como ir a parar a la favela o al estacionamiento debajo de la autovía). Por eso, la moral productiva es el único reaseguro para seguir ocupando y resistir; de tal modo que el centro de la vida es el trabajo".
Para lograr sus objetivos y hacerse sentir, el MST utiliza diversas formas de lucha, pero éstas siempre tienen un carácter masivo.
Entre los medios más utilizados por los Sin Tierras están: manifestaciones en las calles, concentraciones regionales, audiencia con los gobernadores y ministros, huelgas de hambre, campamentos provisorios en las ciudades o a la orilla de las haciendas por ser expropiadas, ocupaciones de órganos públicos como sean INCRA (Instituto Nacional de Colonización y Reforma Agraria) y ocupación de las tierras improducitvas
Pero los miembros del MST están conscientes, porque lo han sido víctimas en reiteradas oportunidades de la violencia de los hacendados y de las mismas autoridades, que sus luchas implican un enorme riesgo para sus vidas, y aún así continúan con titánica labor.
Ana María Rocchietti nos explica que aún y cuando "sus integrantes saben que toda su dirigencia está condenada a muerte por los hacendados y que los acampantes pueden ser atacados en cualquier momento por las fuerzas represivas del Estado. Sostienen (Los Sin Tierra) que la forma de vivir parte de las formas del hacer y hoy se constituyen en una realidad territorial en el Brasil".

El presente de los Sin Tierra
Desde su creación en 1984 el Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra ha conseguido tierras para cientos de miles de familias desposeídas en este país de enormes latifundios y también de enormes diferencias entre ricos y pobres.
Cerca de 230 mil familias más esperan tierras en los márgenes de las carreteras, en precarios campamentos de barracas de plástico negro.
El MST apoyó la candidatura del actual presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula Da Silva, según afirma Joáo Pedro Stedile, con el objetivo de frenar al neoliberalismo que gobernaba Brasil, sobre todo en el gobierno de Fernando Henrique Cardoso.
"Teníamos esperanza de que la victoria electoral pudiese desencadenar un nuevo reascenso del movimiento de masas y que, con eso, la reforma agraria tendría más fuerza para ser implementada" afirma Stedile.
Pero la realidad de los siete años de gobierno de Lula ha sido otra, "no hubo reforma agraria durante el gobierno Lula. Al contrario, las fuerzas del capital internacional y financiero, a través de sus empresas transnacionales, ampliaron su control sobre la agricultura brasileña. Hoy, la mayor parte de nuestras riquezas, producción y distribución de mercancías agrícolas está bajo control de las empresas transnacionales"
El ministro brasileño de Reforma Agraria, Guilherme Cassel, asegura que el programa gubernamental para el asentamiento de Los Sin Tierra ha sido un éxito y benefició a 520 mil familias en los seis primeros años del gobierno Lula: Seguiremos asentando entre 70 mil y cien mil familias por año, prometió el ministro.
El MST, sin embargo, rechaza esas estadísticas: afirma que poco más de cien mil familias han sido asentadas y siguen existiendo en Brasil cuatro millones de labriegos sin tierra, además de unas 230 mil familias que aguardan la reforma agraria instaladas en precarios campamentos al margen de las carreteras del país.
La organización agrega que la reforma agraria no logró cambiar el panorama de fuerte concentración de riquezas en el campo, donde 1.6 por ciento de los propietarios controla 46.78 por ciento de las tierras privadas.
Las empresas empresas de capital extranjero, continúa Stedile, "se aliaron con los hacendados capitalistas y produjeron el modelo de explotación del agro-negocio. Muchos de sus portavoces se apresuraron a preanunciar en las columnas de los grandes periódicos de la burguesía que el MST se acabaría. Equívoco engaño".
El MST ha denunciado durante estos años la manipulación monopólica por parte de las empresas agroquímicas y de transgénicos que desvía la producción doméstica campesina hacia la producción intensiva de exportación y, particularmente, a la Organización Mundial del Comercio (OMC) por propiciar el libre comercio, pero simultáneamente favorecer a las transnacionales que controlan, de hecho, el 85 por ciento de la producción mundial de alimentos
Para Los Sin Tierra "el agro-negocio no presenta solución alguna para los problemas de los millones de pobres que viven en el medio rural", por esta razón, explica Stedile, "la hegemonía del capital financiero y de las transnacionales sobre la agricultura, no consiguió, felizmente, acabar con el MST", porque le MST "es la expresión de la voluntad de liberación de esos pobres" afirma el representante del movimiento.
Este nuevo panorama hace que Los Sin Tierra agregue nuevos objetivos a los que incialmente se planearon en su formación, Stedile afirma que "la lucha por la reforma agraria que antes se basaba sólo en la ocupación de tierras del latifundio, ahora se presenta más compleja. Tenemos que luchar contra el capital, contra la dominación de las empresas transnacionales".
Las medidas clásicas de expropiar grandes latifundios y distribuirlos a los campesinos pobres son insuficientes, puesto que se deben generar "cambios no sólo de la propiedad de la tierra, sino también del modelo de producción", para combatir la pobreza, la desigualdad y la concentración de riquezas.
"Ahora, los enemigos son también las empresas internacionalizadas, que dominan los mercados mundiales. Significa también que los campesinos dependerán cada vez más de las alianzas con los trabajadores de la ciudad para poder avanzar en sus conquistas" afirma Stedile.

http://www.telesurtv.net/noticias/entrev-reportajes/index.php?ckl=210


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