28 julio 2008/TeleSUR http://www.telesurtv.net
Contando sólo con el apoyo de 26 por ciento de los peruanos, el presidente Alan García culmina este lunes su segundo año en el poder, cuestionado por los sectores sociales de su país que consideran que el gobierno no ha cumplido las promesas de saldar la deuda social y disminuir los niveles de pobreza.
Desde el Congreso de la República, el mandatario peruano ofreció un discurso, en el cual se comprometió a "corregir los defectos y carencias del gobierno y la administración pública (para) reducir los niveles burocráticos y llegar más directamente al pueblo".
García, que presidirá también los actos oficiales con motivo del 187 aniversario de la independencia de Perú, evaluó los avances de su "proyecto de desarrollo" para el país, criticado por sus adversarios que atribuyen el alto costo de la vida a las políticas neoliberales de su gobierno.
En ese sentido, justificó el alza de los precios de los alimentos al denunciar "una guerra" que los países petroleros han comenzado "contra los pueblos", "por ello los precios de los alimentos que Perú adquiere son más costosos".
El mandatario peruano también reconoció que durante estos dos primeros años "faltaron medicinas e instrumentos médicos y de salud, faltó mas juventud en el gobierno, más energía eléctrica y policías en la calle, faltó fuerza para salir de aprovechadores y corruptos".
No obstante, García pidió a los peruanos que vean con optimismo el futuro del país, ya que existe un "buen manejo económico y el 2009 será mejor".
Terremotos, huelgas, el TLC y Fujimori
Temas como la ratificación del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, la privatización de gran parte de los sectores del país y la criminalización de la protesta social han provocado el descontento de la sociedad peruana.
"Se ha constituido en un representante de la derecha, ha traicionado las bases de su partido, el APRA; su política es una profundización de la política neoliberal de sus antecesores, Fujimori y Toledo", criticó Olmedo Auris, subsecretario general de la Confederación General de Trabajadores del Perú (CGTP), la central sindical más importante del país, que el pasado 9 de julio convocó a un paro nacional.
El pasado año fue especialmente intenso. Los problemas que surgen después de ratificar el acuerdo comercial con Estados Unidos, la reconstrucción de cuatro ciudades enteras y de buena parte del país tras el seísmo de agosto de 2007, la extradición del ex presidente Alberto Fujimori y las movilizaciones mineras en Moquegua han sido los principales puntos de inflexión.
Aún coleaban las 14 huelgas y 17 movilizaciones de protesta que empañaron su primer año en la presidencia, cuando un terremoto de magnitud 7.9 en la escala Ritcher arrasó cuatro ciudades y puso en jaque a García, que fue criticado por la lentitud a la hora de hacer llegar los recursos económicos y humanitarios.
El caso de Fujimori es también polémico, aunque García durante ocho de los diez años de mandato del presidente de origen japonés (1992-2000) tuvo que exiliarse de Perú, paradójicamente, el actual mandatario necesitó de los escaños fujimoristas para ganar la presidente del Congreso.
Alan no convenció
Los sondeos tampoco favorecen a García: en julio su aprobación cayó a 26 por ciento, cuatro puntos menos que en junio, debido al incremento del precio de los alimentos y a la inflación, según un sondeo nacional de Ipsos Apoyo entre mil peruanos.
"Alan García no ha logrado convencer a los peruanos. Más del 70 por ciento de peruanos desaprueba su gestión", señala el líder opositor nacionalista, Ollanta Humala.
"La riqueza de nuestros suelo está destinada a favorecer al capital extranjero", denuncia Humala, ex candidato presidencial.
"El modelo neoliberal impuesto por Fujimori desde 1990 ha sido continuado y ha profundizado las desigualdades existentes entre los peruanos. Necesitamos un estado fuerte", alega Humala.
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